Como siempre debo decir que me sorprenden los procesos del pensamiento y los complejos enlaces, o no sabría si mejor llamarlos entrecruzamientos, que se dan en la bastedad de la conciencia y el inconciente que reúnen desde los tiempos más lejanos de la existencia personal con el hoy cotidiano y hasta con un poco de lo que somos por nuestras cargas genéticas y lo más remoto de donde provenimos, el clan o la tribu. Desde el Hipotálamo, dejo de animalidad, siempre presente, hasta las capas más externas del cerebro soporte de nuestra humanidad individual y social.
Estos procesos fisiológicos y de la psique que se dan en nuestro interior me parece asemejan a uno de esos licuados matutinos que incluyen un poco de todo, leche, fruta, granola, miel (¿huevo?), etc. y un top de crema batida.
En los procesos de generación de ideas, primeras imágenes y de bocetaje de un proyecto personal, me siento como navegando en la preparación de uno de esos licuados, en donde en un principio cada uno de los componentes tiene características y valor propio e independiente, y que con la velocidad las aspas de la licuadora, se van integrando hasta convertirse en un todo homogéneo.
Así hice los bocetos para las ilustraciones de I Colori del Sacro. En el sentido conceptual y en el proceso físico. Son una serie de dibujos de distintos momentos de enero a junio de 2011, que fui recopilando, muchos de ellos provienen más del inconciente, ya que fueron realizados mientras hago otra cosa, hablar por teléfono, ver la tele, viajar en Metro o esperar a que deje de llover.
Cuando dibujo mientras estoy atento a otra cosa la mano y el cerebro se conectan para decir cosas que yo no diría si estuviera poniendo atención al dibujo. De este modo fui reuniendo personajes y paisajes de distintas libretas, hojas sueltas y apuntes en papelitos, en esta entrada les muestro algunos de estos primeros dibujos.
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