Fig.1
Esta ilustración me es particularmente significativa, les voy platicar porque, y ahora que la he encontrado entre los archivos se las comparto.
Hace ya muchos años que el excepcional y buen amigo Antonio Granados (saludos a las tierras sonorenses), me dio a ilustrar “La Triste historia de Coco”.
Es un cuento que trata de un cocodrilo que migra del campo a la ciudad y entonces comienza una transformación, producto de la búsqueda de adaptación al nuevo medio.
Entonces cree estas escenas con un montón de elementos que me simpatizan. El botín típico de Veracruz, que el buen Miguel Góngora (QDEP) tuvo a bien modelarme. Un incipiente look punk (los Panchitos Punk de Tacubaya causaban revuelo en la ciudad y las queridísimas Amadeus, Saskia Y Cornelia iban a la primaria, todas ellas) y la bici. La escenografía, la ciudad de México, que después de los temblores de 1985, ya no volví a representar sin inclinar la arquitectura.
Hice 4 o 5 piezas pequeñas de 20 por 20 centímetros, haciendo gala de todo truco conocido, use papel Fabriano 21 (gracias Marco Polo, paisano). Hice fondos con acrílicos aguados, después enmascarille ciertas áreas con Friski Paper y aplique texturas con gesso, los terminados los hice con acrílicos aguados y el toque final un poco de pincel seco.
Una vez terminadas las envie al concurso de ilustración de Noma, en Japón y el presidente del jurado dijo (Fig.1)
Y entonces me dieron una de las medallas que acompañan a este texto.
Como me ha sucedido con la mayor parte de los trabajos con los que ganado premios, el proyecto sigue inédito.
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